miércoles, 15 de julio de 2009

microrrelatos

Huidas
Cuando despertó se dio cuenta que se había hecho tarde para llegar al casamiento con el joven desconocido, que no había puesto el despertador. Sintió algo de miedo pero se acordó que tenía papeles de variados tamaños y espesores, lapicera y muchos colores.

Prejuicios
Los gritos de terror fueron, en aquel sueño, el gesto exacto para que el niño le arrojara el sapo. A pesar del espanto y el asco comprobó, al sentirlo de lleno sobre su piel, que no era frío como había creído durante toda su vida.

Invasiones
En ese sueño miles de cucarachas se desplazaban por las sábanas, frazadas, paredes y cuanto mueble y personas hubiera allí. Menos mal pensó, mientras apretaba el gatillo y todo desaparecía detrás de un humo blanco, húmedo, con fuerte olor, que hoy no olvidé de comprar el matabichos.

Alimentos
En el sueño reiterativo se dio cuenta una vez más, que no había alimentado a la niña que llevaba en brazos, la que evidentemente mostraba signos de desnutrición. Pero esta vez y no sin cierta angustia, le pidió a la muchacha que se hiciera cargo. Ella se dirigió en busca de una lapicera para retomar los poemas que hacía tiempo había abandonado.

jueves, 25 de junio de 2009

entonces aprendí dagas

viernes, 5 de junio de 2009

comienzos

no están dichas
aun
las palabras finales
ni la dicha
tendrá siempre
ese eterno olor
a partida.

miércoles, 3 de junio de 2009

en las pistas

me pongo dos lágrimas

y no lagrimeo

estoy seca me digo

meto primera

primero

después segunda tercera

cuarta quinta

la puta! me olvidé de sacar

el freno de mano con razón

tanto ruido y pocas nueces

ahora

libero ufffffffff

y continuo raudamente

por la autopista

buenos aires la plata

jueves, 30 de abril de 2009

por ahí

ejecutada la ilusión

quedaba aun

beberse

la sangre de los hijos.

ahora

oro por nos
despacito
paso a paso
y arremeto
con los últimos soles
clavados
en tus ojos
limpios
gracias
a la memoria
de aquellos
que anduvieron
alumbrando
tus primeros pasos
con tanta sangre
inaugural

domingo, 5 de abril de 2009

por pedido de pao

no tengo tres tetas

tampoco dos

abundantes

rulos menos

ahora

camino sobre el agua

aunque no me ves

ando comiéndome

los ojos

en los colores

de los pájaros que se quedan

pegados

a los vidrios

de la ventana

del único dormitorio

del cuarto c

de dolores sé bastante

aunque no alardee

aun duele

el costado izquierdo o

el centro del pecho

y ahí agarro

letra a letra sobre la página

blanca hasta entender

o aceptar

me copio una sonrisa extraña

que pasa

a la carcajada



A veces otros me salvan



Hoy diluvió sobre la ciudad

quedó limpita

y de a ratos sale el sol.